La Masonería
La Masonería: tradición, conocimiento y fraternidad
La masonería es una institución universal de carácter educador, humanista, filosófico, iniciático, progresista y filantrópico. A ella pueden asociarse personas libres y de buenas costumbres, sin distinción de raza, nacionalidad o creencia, unidas por los principios de fraternidad, amor a la humanidad y búsqueda de la verdad.
Su base es un sistema educativo tradicional y simbólico que promueve el perfeccionamiento individual, el desarrollo de virtudes y la mejora de la sociedad a través del estudio, el trabajo y la dedicación. El lema que resume su espíritu es Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Origen y evolución
Los orígenes de la masonería moderna se vinculan con las antiguas corporaciones de masones operativos —constructores de catedrales y castillos en la Europa medieval—. Con el tiempo, estas logias comenzaron a admitir a miembros que no eran constructores, llamados masones especulativos, dedicados al desarrollo moral y filosófico.
Un hito clave ocurrió el 24 de junio de 1717, cuando cuatro logias londinenses formaron la Gran Logia de Londres y Westminster, precursora de la actual Gran Logia Unida de Inglaterra. Pronto se fundaron también las Grandes Logias de Irlanda (1725) y Escocia (1736), expandiéndose después por Europa y América.
Propósitos y principios
La masonería busca el progreso y la emancipación pacífica de las personas y la sociedad. Defiende la libertad de pensamiento y de expresión, rechaza el dogmatismo y el fanatismo, y fomenta la tolerancia como base de la convivencia.
Es una escuela que impulsa el autoconocimiento, el estudio de la moral universal, la ciencia, las artes y la filosofía, así como el respeto a las leyes y el compromiso cívico. Entre sus objetivos se encuentran:
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Combatir la tiranía, la ignorancia y los vicios.
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Promover la justicia social y el trabajo por el progreso.
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Favorecer el respeto mutuo y la defensa de la dignidad humana.
Masonería y religión
La masonería no es una religión y no interviene en las creencias religiosas de sus miembros. Cada masón tiene libertad absoluta para practicar la fe que desee, o ninguna, sin que ello afecte su pertenencia.
Quiénes pueden ingresar
Pueden solicitar su ingreso hombres libres y de buenas costumbres, con capacidad intelectual para comprender y practicar las virtudes masónicas y con independencia de pensamiento.
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Hombre libre: aquel que piensa y actúa sin sometimiento a voluntades o dogmas que limiten su juicio.
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Hombre de buenas costumbres: quien respeta las leyes, honra a su patria y a su familia, y mantiene conducta ética y tolerante en su vida pública y privada.
Un trabajo para mejorar la sociedad
Logias como la Augusta, Respetable y Centenaria Logia Simbólica Sol Naciente Nº 2 trabajan para que cada masón, a través del estudio, la práctica del rito, el pensamiento crítico y el diálogo respetuoso, sea un agente activo en la construcción de una sociedad más justa, humanista, pacífica y progresista.